miércoles, 14 de enero de 2009

DE COLOR NEGRO

Primer día de trabajo después de unas cortas vacaciones. Doce horas seguidas de trabajo. Solo a las cinco de la tarde tomar un bocadillo. Regreso a mi domicilio que dista ocho kilómetro. Todos los días no son iguales, los hay mejores y también peores. Voy en mi coche escuchando música por que no quiero oír más problemas. Primer semáforo ya en la población de mi residencia, cuando son las nueve de la tarde-noche. El semáforo está verde para vehículos, no obstante hay un pequeño turismo detenido mientras pasa un hombre de color. Cuando ya casi había terminado de pasar este hombre, comienza a pasar otro también de color. El semáforo sigue verde para vehículos y rojo para peatones. Le doy un toque de claxon al vehículo detenido, puesto que ya estábamos algunos esperando. Al escuchar la pitada, el hombre de color que ya había pasado comienza a gritar y bracear dirigiéndose a mí. Ya casi ha terminado de pasar el segundo hombre y el vehículo detenido inicia la marcha. Me paro justo en el paso elevado de peatones, bajo la ventanilla del copiloto y le digo, al hombre de color que sigue braceando y gritando, que es lo que quiere, también gritándole. Sigue braceando y chillando lo que sea, por que no lo entiendo, entonces le grito diciéndole que si no ha visto el semáforo en rojo. Sigue gritando, braceando y acercándose, y le vuelvo a decir que el semáforo está rojo para peatones. Ahí se queda la cosa, por que no se acerca más, y por que hay varios vehículos detrás de mí.
Como verá el lector siempre me he referido al hombre de color, quiero matizar que es de color negro, mas que nada por si alguno duda. O sea, un negraco. Porque si a mis 48 tacos, nacido y criado en este país, en mi país, en España, después de llevar 29 años trabajando en este país y por este país, tengo que aguantar a que vengan de fuera, se pasee tranquilamente por un semáforo en rojo, con las manos metidas en los bolsillos, recreándose, y encima tengo que callarme por que al señor le molesta que le toquen el claxon, ¿…?, ¿entonces que podemos hacer?.
Alguien pensará que soy xenófobo, pues que piense lo que quiera. Ya estoy harto, igual que mucha gente, pero que mucha gente, de ver y de aguantar que vengan de fuera, y tengas que tragar con todo, que seamos nosotros los que tengamos que amoldarnos a sus costumbres y no ellos a las nuestras. Haber si “estos” que están a todas horas con tanto talante, y tanta tolerancia, se los llevan a su casa, a su calle o a su barrio. Haber si estos progres opinan igual cuando los tengan en los colegios con sus hijos, y los vean hasta en la sopa. A que ninguno los tiene.
Me pregunto. ¿Soy yo de los pocos que cada vez aguantamos menos? ¿O quizás sea de los muchos que ya estamos hartos de aguantar?.
Estamos llegando al límite. Cualquier extranjero tiene más derechos y beneficios que un español. Y así nos va. Tragando y teniendo que callarte, por que si no, eres xenófobo, racista, intolerante y mala persona.
Que cada uno saque sus conclusiones y reflexione.

jueves, 8 de enero de 2009

¿PARIDA O PARIDAD?

Consultando un diccionario vemos que, parida significa tontería, sandez, necedad, estupidez, simpleza, idiotez, majadería, es decir, lo contrario de inteligencia, y, paridad significa Igualdad o semejanza entre dos cosas.
Viendo esto, me pregunto quien es el idiota o la idiota que está todo el día con la palabra paridad en la boca, queriendo decir que hay igualdad, cuando realmente lo que hay es más desigualdad, sí, por supuesto más desigualdad. Y es que todos no somos iguales ni podemos serlo.
El hombre y la mujer no son iguales, ni físicamente, ni intelectualmente, ni de la manera que queramos verlo. Tampoco son iguales los hombres entre sí ni las mujeres entre sí. Entonces por que tenemos que estar tragando con la paridad. Por que tiene que haber en el Gobierno mitad de mujeres y mitad de hombres, por que tiene que haber en otro puesto de trabajo mitad de mujeres y mitad de hombres. Eso es una parida, es decir lo contrario de inteligente.
Con esta parida de paridad, lo que se crea es más desigualdad. Al poner mitad de cada uno nos dejamos atrás a otras “personas”, ya sean hombres o mujeres, que pueden tener más valía que las que han entrado por eso de la paridad. ¿No es más justo que se entre por méritos? que por que unos sean hombres y otras mujeres. O acaso estoy diciendo una barbaridad. Si para ocupar un puesto de trabajo se necesita una serie de conocimientos y requisitos, por que no se presentan hombre y mujeres en las mismas condiciones. Que resulta que hay más hombres que mujeres pues muy bien, que resulta que hay más mujeres que hombres, pues igual de bien.
Lo que no se puede consentir, es que haya que tener mitad de cada. Que en una parte entren hasta los más torpes, mientras que en la otra mitad se queden fuera gente con la misma valía que los primeros de esa mitad.
Ya está bien con tanta igualdad. No solo no es igualdad, sino todo lo contrario, desigualdad pura y dura.
Para mí, la igualdad está en que todo el mundo se pueda presentar con las mismas condiciones y derechos. Derechos los mismos. Nadie tiene más derechos que nadie. Eso sí, iguales ante el mismo puesto de trabajo, cargo político, o desempeño de cualquier actividad. Pero lo que no podemos es poner mitad de cada uno. Sencillamente por que no es justo, y al no ser justo no es igualdad, ni paridad, o como leche queramos llamarle.
Como va a ser igual un médico que un taxista. Ambos tienen la vida de sus pacientes y clientes en sus manos. Pero el médico tiene que tomar decisiones para curar, sanar y salvar la vida a su paciente; mientras que el taxista, debe limitarse a seguir las normas de circulación y prestar la atención necesaria para proteger tanto la vida del cliente como la suya propia. Además el médico ha estado sacrificándose durante cinco años para ocupar ese puesto. Luego no pueden ser iguales. No pueden exigir lo mismo.
El lector que viene cabreado por el principio de mi escrito, tranquilícese, no soy xenófobo, o misógino. Simplemente me rio de la igualdad de pacotilla, y me toca los huevos escuchar tantas veces, “que nus den, que nus den”. ¿te lo has ganado? ¿has hecho algo para que te lo den?.
Por supuesto cuando antes he puesto el ejemplo del médico y el taxista, es aplicable a cualquier profesión, trabajo o función. No he dicho si el médico o el taxista son hombre o mujer, me da igual, la medico y el taxista que el médico y la taxista.
Lo que desde luego, debe de ser, es que el médico y el taxista tengan igualdad de oportunidades -por que el derecho se da por sentado-, para que ambos puedan estudiar y llegar a la universidad. Que según su valía y su esfuerzo consigan la carrera. Y ya no queda nada más que cuando hayan terminado encuentren un trabajo sin favoritismos, y no se quede fuera por paridad.
Bienve.